El pasado 14 de abril, el Consejo de la Unión Europea dio luz verde definitiva a la directiva ‘Stop-the-clock’, que pospone la aplicación de ciertas obligaciones en materia de sostenibilidad corporativa.
La medida retrasa dos años los requisitos de la Directiva de Información sobre Sostenibilidad Corporativa (CSRD) para grandes empresas y pymes cotizadas, y un año el calendario de la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa (CSDDD). Esta decisión se enmarca en el paquete ‘Omnibus I’, orientado a simplificar la legislación europea y reforzar su competitividad.